Por Enrique Moreno
Ortega
Veterinario especialista en aves
Sabido es por todos los canaricultores que la luz
juega un papel fundamental en la salud de las aves. La luz y sus
ciclos (fenoperiodos) son usados por los animales para sincronizar
sus relojes biológicos. Sus efectos positivos no solo ayudan
a mantener la salud psicológica sino que además permiten
la fabricación de la vitamina D-3, las aves guardadas en
aviarios de interior y con una dieta pobre pueden desarrollar deficiencias
en esa vitamina, lo que conduciría raquitismo en animales
jóvenes y ostomelacia (reblandecimiento de los huesos) o
hipocalcemia (baja cantidad de calcio en sangre) en adultos. Es
conveniente señalar que los rayos ultravioleta, responsables
de la fabricación de esta vitamina, no pasan a través
de los cristales. El exceso de vitamina D-3 (por ejemplo: por abuso
de aceite de hígado de bacalao) puede resultar tóxico,
por lo que las aves alojadas en el exterior no necesitan suplementos.
La fotoperiodicidad ha sido bastante estudiada
en las aves como medio para manipular la crianza . El fotoperiodo
es más importante en ejemplares de climas templados donde
los cambios en las horas de luz son mayores. Los animales que viven
en las zonas ecuatoriales tienen una variación de luz menor,
aproximadamente de 20 minutos, pero aún así también
son sensibles a estos cambios. Los fotoperiodos erráticos
o prolongados a los que se ven sometidas las aves mantenidas en
el hogar familiar pueden terminar afectando el comportamiento de
las mismas.
Los avicultores van a manipular la duración
de las horas de luz por dos motivos claros:
- Aumentar la producción.
- Permitir que los jóvenes estén
más preparados (muda terminada) con vista a su preparación
en los concursos.
Los canarios necesitan un mínimo de 14 a
16 horas de luz al día para comenzar a criar: con esta cantidad
de horas es posible sacara sus polluelos adelante correctamente.
Si este fotoperiodo sufriese fuertes fluctuaciones las aves podrían
parar la cría y desembocar en una muda prematura.
Hay dos formas de manipular la duración
del día:
Incremento gradual de las horas de luz: cada día
se añaden más minutos de luz al amanecer y al anochecer.
Normalmente pasarán dos meses ante de que consigamos aumentar
de 8 a 10 horas de luz hasta las 15 horas deseadas. Aumentando 30
minutos a la semana nos llevará 10 semanas llegar a las horas
de luz pretendidas.
Aumento inmediato de la duración del día:
de un día a otro pasamos de 10 a 15 horas. En esta situación
las aves comienzan a criar a las 3-4 semanas, pero existe la posibilidad
de obtener peores resultados en la cría: mala fertilización
de los huevos en la primera puesta. Se ha observado que más
de 17 horas de luz al día no resulta interesante.
El incremento gradual de las horas de luz es más
natural y ofrece mejores resultados.
Para finalizar es conveniente señalar que
son necesarias más investigaciones para conocer por completo
todos los efectos beneficiosos que sobre la salud de las aves tiene
la luz de espectro total, los rayos solares.
© Enrique
Moreno Ortega
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