DE LA CREACIÓN DE UNA NUEVA RAZA DE CANARIOS DE CANTO ESPAÑOLA

Miguel Angel Martín Espada

 

Consideraciones previas.

La base del presente escrito la constituye un artículo inédito que escribí en el pasado año 2001, cuando una serie de indicios observados durante la temporada de concursos 2000/2001 hacía presagiar una corriente de opinión definitiva y favorable al reconocimiento de nuestros canarios de canto basado en giros de ritmo discontinuo como raza independiente del Timbrado Español. Durante todo el año 2001 fueron varias las gestiones realizadas para pulsar la opinión de los aficionados, entre otras se realizó una encuesta en Internet y se empezó a confeccionar un censo de criadores.

Todo parecía indicar que la idea empezaba a tener visos de poder materializarse con buen fin a corto–medio plazo, incluso el C.N.J./F.O.C.D.E. iba a regular reglamentariamente los trámites a seguir para el reconocimiento de nuevas razas en el ámbito nuestra Federación y muchos de los timbradistas que nos invitaban a crear la nueva raza desde F.O.C.D.E. empezaban a desdecirse y a defender que el canario de ritmos discontinuos era tan Timbrado como el que ellos cultivaban, posiblemente temerosos de que, si se reconocía definitivamente la raza, muchos criadores se decantarían por el cultivo de esta última en detrimento del siempre polémico Timbrado Español; no conviene olvidar que el Timbrado intermedio F.O.C.D.E. hubiera quedado en tierra de nadie, entre el Timbrado F.O.E. y el canario de ritmos discontinuos, dándole a F.O.E. un arma de incalculable valor en sus ya históricas reivindicaciones de pureza racial ante la C.O.M.

Pero llegaron los concursos y con ellos el contacto directo con los aficionados que parecían estar llamados a jugar un papel preponderante en el reconocimiento de la raza y, lo que es más importante, con sus ejemplares, como signo palpable de lo que éstos entendían como canario de canto de ritmos discontinuos. Los comentarios leídos en el foro de "www.timbrado.com" hacían temer dos cosas: la primera que no se tenía claro cómo era en realidad el genuino canario de ritmos discontinuos; y la segunda una más que justificada sospecha del ánimo puramente comercial con el que algunos criadores estaban enfocando el asunto.

Pues bien, las sospechas se confirmaron en ambos casos. Muchos criadores identificaban la nueva raza bien con el Timbrado de canto intermedio o bien con el mixtificado canario de canto asilvestrado que se está imponiendo en el tercio norte peninsular, Murcia y parte de Andalucía, no siendo éste el objetivo que se perseguía; al menos por el grupo de canaricultores entre los que se encuentra el que suscribe.

Tocaba replantearse si, en realidad, no estábamos haciendo todo el trabajo para que luego volviera a pasar lo mismo que ocurrió en el seno del Timbrado Español; mas que en este caso la pugna habría sido con los silvestristas, corriente claramente mayoritaria gracias a la labor desempañada en los últimos seis años por sus precursores. Asimismo, también se pudo comprobar que un cualificado número de criadores había empezado a lucrarse con el mero hecho de anunciarse en Internet y en diferentes revistas como criadores de canarios de canto español y atrayendo así la atención de muchos incautos y confiados aficionados que demandaban reproductores de ritmos discontinuos.

La gota que colmó el vaso para el autor de estas líneas la representó su actuación como jurado calificador en cierto concurso en el que concurrían algunos de los criadores que más escribían sobre la nueva raza. La comprobación de que se pretendía imponer en la nueva raza el tipo de canario de canto mixtificado y precipitado, voces gangosas y rozadas, con un repertorio más propio de jilgueros y pardillos de mala calidad que de un canario de canto y con marcado abuso de cruces y recruces con canario silvestre, hizo que me desmarcara de aquellos que querían el reconocimiento de la nueva raza. Muy a mi pesar, ya que personalmente creo que el canario de ritmos discontinuos es una raza con personalidad propia que nunca debiera haberse amparado en el Timbrado Español, no estaba dispuesto a contribuir a reconocer la raza para que los defensores del canto asilvestrado impusieran sus criterios de selección. A mayores, por curioso que parezca y a pesar de haber sido uno de los impulsores del proceso de reconocimiento de la nueva raza, el locuaz, brillante y carismático máximo exponente del silvestrismo escribía un duro escrito en contra del reconocimiento de la misma, desdiciéndose y dejando en dudosa posición a aquellos que inducidos por sus elocuentes dictados se habían mojado y manifestado públicamente su adhesión al reconocimiento de la segunda raza de canarios de canto española; quizás el verdadero motivo de este escrito, publicado en el catálogo de uno de los concursos más importantes de España, sea el de que algunos pretendíamos que el proceso que llevara al reconocimiento de la nueva raza se hiciera por el colectivo de criadores, sin protagonismos, ni individualismos, un trabajo de equipo en el que nadie pudiera autoproclamarse abanderado y salvador de la patria; sin olvidar que, posiblemente, de haberse hecho las cosas bien, el canto asilvestrado, al menos en sus concepciones más radicales, habría sido puesto en el lugar que se merecía: fuera de la nueva raza, por supuesto. En fin, cada cual con su conciencia, el tiempo pondrá a cada cual en el lugar que le corresponde.

Desgraciadamente, tal y como están las cosas en la canaricultura de canto española, teniendo en cuenta la ambigüedad del estándar del Timbrado Español F.O.C.D.E. y la forma en la que éste ha terminado minando los cimientos del genuino canario de ritmos discontinuos, el reconocimiento de este tipo de canarios como raza independiente es una utopía que debemos agradecer, principalmente, a aquellos que han provocado, por acción u omisión, el florecimiento de los canarios de canto asilvestrado. Nadie pone en duda que algunos de los padres del canario de ritmos discontinuos cruzara sus cepas con canario silvestre, sea para refrescar, sea para introducir matices. Es decir, como medio para llegar a un fin, refrescar o mejorar las cepas de canario de ritmos discontinuos que ya se tenían; no como ahora, que el medio se ha convertido en fin. Antes, según se me enseñó, cuando se cruzaba con silvestre, se retrocruzaba con doméstico de ritmos discontinuos durante un mínimo de cuatro generaciones para reducir el riesgo de rebotes fenotípicos. En la actualidad el fin consiste, para muchos, y aunque públicamente se niegue, en fijar las características de los mestizos de segunda y tercera generación, cruzándolos entre ellos, con lo que, con el paso de los años, seguimos escuchando ejemplares de canto absoluta y completamente asilvestrado, cual segunda e incluso primera generación, sin que en el árbol genealógico aparezca ya un silvestre en siete ú ocho generaciones.

Atendiendo a las peticiones de algunos de los pocos amigos y personalidades de nuestra Canaricultura que tuvieron ocasión de leer el original del que trae causa el presente, vayan las líneas que a continuación siguen como testimonio de una convicción utópica que no habría tenido por qué ser tal, siendo su ánimo puramente ilustrativo, no pretendo, en el estado actual del problema, otra cosa.

1.- Introducción.

Aunque a muchos criadores, sobre todo extranjeros, les resulta sorprendente la pugna existente en el seno de la canaricultura de canto española, ésta es tan antigua como la historia de nuestra canaricultura deportiva moderna. El enquistamiento de la problemática que desde sus orígenes arrastra nuestra canaricultura de canto se debe en gran parte a la idealización que en su día se hizo del cuasi mítico canto del canario del País y que desembocó en dos modelos completamente diferentes de canario. Al concurrir ambos modelos, por diferentes circunstancias, en el estándar del Timbrado F.O.C.D.E., se inició una polémica que ha sido utilizada en diferentes momentos de la historia de nuestra Ornitología Deportiva como arma arrojadiza por las dos principales federaciones nacionales (F.O.C.D.E. y F.O.E.), lo que explica, per se, el temor reverencial que la cuestión timbradista ha provocado desde siempre en los estamentos políticos de la canaricultura.

Ejemplo de que el Timbrado se usa todavía hoy como estandarte federativo lo comprobamos al leer los escritos publicados por los principales exponentes del Timbrado F.O.E. en diferentes revistas ornitológicas españolas ("Pájaros", "España Ornitológica" y la recién aparecida revista de F.O.E. "Las Aves") en los que el Timbrado F.O.C.D.E. es criticado por apartarse de la genuidad y pureza racial encomiablemente defendida por el Colegio Oficial de Jueces/F.O.E. Podremos no compartir sus postulados, pero no dejamos de reconocer que la Comisión Técnica de Timbrado del C.O.J./F.O.E. ha demostrado una coherencia que para sí quisiera la del C.N.J./F.O.C.D.E., que, a pesar de disponer de medios humanos, técnicos y económicos más numerosos, ha sido incapaz de coger el toro por los cuernos y de afrontar con seriedad, coherencia y unidad de criterios los problemas derivados de la enorme diversidad canora propiciada por el concepto ambiguo y aglutinador del Timbrado de nuestra Federación; convirtiéndose esta diversidad, a pesar de haber considerado este autor, hasta hace no mucho tiempo, que en ella radicaba la verdadera esencia y grandeza del Timbrado F.O.C.D.E., en el auténtico PROBLEMA, con mayúsculas, de éste.

El Código del Timbrado de F.O.E. ha variado poco respecto al elaborado por Alejandro Garrido en 1950 y menos aún si lo comparamos con el aprobado por la C.O.M. en 1962, lo que implica un modelo de canto definido y fácilmente identificable hasta por profanos en la materia, ello confiere al Timbrado F.O.E. un sello de identidad racial del que, lamentablemente, se carece en F.O.C.D.E.; ya que nuestros Códigos se han caracterizado desde 1976 por un ejercicio de malabarismo político para contentar a las diferentes tendencias, pecando por ello de una indefinición que hace prácticamente imposible que alguien ajeno a la raza pueda intuir siquiera qué caracteriza su canto. Esa y no otra es la razón por la que a pesar de que nuestro estándar es el reconocido oficialmente por la C.O.M. los aficionados extranjeros prefieran el estándar F.O.E.

2.- Antecedentes históricos.

Será preciso que vayamos hacia atrás en el tiempo, a la España de la posguerra, concretamente a finales de la década de los años cuarenta.

Entre finales de los cuarenta y principios de los cincuenta, partiendo del indefinido canario del País(1), que a pesar de su mitificación no dejaba de ser más que el canario común criado en España, se empezó a trabajar en pro de la consecución de un canario de canto que fuera representativo de la Canaricultura nacional. Si bien el objetivo era uno, dos fueron los caminos elegidos para conseguirlo, caminos que, lejos de converger, con el tiempo fueron separándose más y más, hasta el punto de que desembocaron en modelos de canto claramente antagónicos.

En F.O.E., de la mano, principalmente, de Garrido, Serrano, Crespo, Pulido y Lacomba, se seleccionó un canario de canto metálico, alegre, variado y de repertorio estereotipado, primando la emisión de giros de texto fonético limitado fácilmente identificables, entre los que destacaban los timbres, el CHAU y el PIAU, considerados básicos y hereditarios y que conferían gran homogeneidad al conjunto de los ejemplares. Como la base de la canción de este tipo de canario eran los timbres se le denominó Timbrado Español.

Paralelamente a ese trabajo, en el Grupo de Pájaros del Sindicato Nacional de Ganadería, se llevaba a cabo otro muy diferente tendente a la consecución de un canto basado en los giros de ritmo no continuo y texto fonético ilimitado, preconizado por Drove, Ruiz, Rico, Pérez Manso, Ecalle y Bouzo, que buscaban canarios que destacaran por sus dotes interpretativas y cuyo canto fuera valorado por sus cualidades y excelencias musicales. Este era el canario de Canto Español o Cantor Español, cuyo referente eran ciertos canarios criados a principios de siglo en algunas comarcas catalanas y de los que sólo quedaban referencias idealizadas de aquellas personas que los habían conocido, como era el caso de Drove, originario de Vich.

Mientras en Asturias se iban sentando poco a poco las bases de su canario de canto, en la capital del Reino se iba más deprisa y se trabajaba a destajo. La consecuencia fue que F.O.E. presentó en primer lugar el fruto de su trabajo y se llevó el gato al agua, consiguiendo que su canario fuera reconocido internacionalmente; ya entonces en F.O.E. se actuaba de forma más eficiente, en lo que al Timbrado se refiere, que en el precursor de la actual F.O.C.D.E.

Ante el reconocimiento del Timbrado F.O.E. y dado que éste se presentaba como la culminación del proceso selectivo del canario del País, se alzaron las voces de los que defendían que el auténtico y genuino canario del País no era el Timbrado de la F.O.E., que si había un tipo de canario merecedor de ser considerado como descendiente de aquél ese era el asturiano.

Si bien oficialmente se ha defendido que el Timbrado es fruto de la selección del canario del país y que este último era el descendiente doméstico más directo y puro de los primeros canarios silvestres criados en cautividad en España, mantener el status quo del canario del País o, dicho de otro modo, que éste no fue cruzado con otras razas de canarios seleccionadas y fijadas desde hacía varios siglos en el extranjero es simple y llanamente, desde un punto de vista histórico y pese a quien le pese, indefendible.

Que el canto de los llamados herederos del canario del País se consiguió no sólo a través de la selección, creo que no debiera extrañar a nadie que tenga ligera idea de canaricultura de canto. De hecho, el fracaso del intento del reconocimiento internacional del Timbrado en el año 1956 en Barcelona se debió a que los expertos internacionales consideraron que se trataba del producto no depurado de cruces de canario silvestre y Roller, con demasiada semejanza todavía con el canto del canario común, internacionalmente conocido como chopper.

Pero si los canaricultores madrileños utilizaron el Roller, o al menos partieron de ejemplares cruzados originariamente con la raza alemana (ante la supuesta escasez de ejemplares puros del País) y el canario silvestre, ¿cómo consiguieron los asturianos su canario del País de canto basado en los giros de ritmo no continuo y, por tanto, de características antagónicas al madrileño?

Es posible que la respuesta a la pregunta que acaba de ser planteada jamás pueda ser contestada con absoluta certeza. Los orígenes del canario asturiano son oscuros, ni los propios asturianos se ponen de acuerdo en el mismo. Se habla, a modo de ejemplo, de cruces con otras especies, llegadas de allende los mares, de educación con aves canoras campestres, tan abundantes en el Principado, de cruces con canarios silvestres, Roller línea Gluck, razas de postura, Malinois, etc., etc. Se puede afirmar, sin el menor genero de dudas, que el canario asturiano ni apareció por generación espontánea ni fue únicamente fruto de la selección del canario del País. No fueron los madrileños los únicos que realizaron cruces. Si se estableciera mediante el análisis de su ADN el origen del canario de canto asturiano, posiblemente nos llevaríamos muchas sorpresas, entre otras, quizás, que el supuesto papel jugado por el canario silvestre en el origen de esta variedad de canto no sea tan importante como el que algunos nos quieren hacer creer y que no sea precisamente aquél el que hiciera diferentes a los canarios asturianos (2).

Volviendo a principios de los años sesenta y después de lo dicho, resulta fácil comprender por qué el canario de canto asturiano no tenía cabida en el estándar del Timbrado F.O.E., se trataba de otra variedad. Lejos de reconocer esta realidad y de plantearse el reconocimiento racial de sus canarios, los defensores del canario asturiano se obcecaron con la idea de que su canario era el auténtico heredero de los antiguos canarios del País y el único con méritos suficientes para representar a la canaricultura de canto española frente al según ellos bastardeado Timbrado F.O.E.

Mientras F.O.E. se convirtió en garante de la pureza racial del Timbrado, en el Grupo de Pájaros y su sucesor la A.O.N.S., los defensores del Cantor Español fueron imponiéndose, ayudados por los jueces y aficionados de Andalucía, que ya en aquella época optaron por un tipo de canario de canto ecléctico que conjugaba las virtudes de ambas variedades de canto. Ejemplo de esta entente fue el Código de Córdoba de 1976, que se refería a la raza como canario de Canto Español (Timbrado) y el principio de la explicación de la denominación Timbrado por el timbre de voz metálico de la raza y no por la emisión de timbres.

Desde entonces, en el seno de nuestra federación han coexistido no ya dos sino tres tendencias, convirtiéndose la intermedia, hoy por hoy, en la criada mayoritariamente; desplazando al propio cantor español en muchos criaderos de su Asturias natal.

3.- La triple personalidad del Timbrado F.O.C.D.E.

La coexistencia no ha sido del todo pacífica, ya que cíclicamente se han desatado pugnas internas entre los criadores de una u otra variedad por conseguir imponer su tipo de canto sobre los otros. Ejemplo de esto lo representa lo acontecido cuando se integró la A.C.E., con sus jueces F.O.E., en la A.O.N.S. y que tras varios años de crispación y acalorados enfrentamientos entre Albino Fernández Terán, defensor de los criterios A.C.E.-F.O.E., y Rafael Martínez Bouzo, acabó en el nombramiento de una Comisión Gestora en la Comisión Técnica de Timbrado de la ya F.O.C.D.E.; esta comisión elaboró el Código de Canto de 1987, cuyo texto reprodujo casi íntegramente el del Código de Córdoba de 1976.

Con tal panorama resulta plenamente comprensible la situación del Timbrado en el seno de nuestra federación y la falta de interés por solucionar los problemas de la raza, ya que cualquier movimiento que se realiza para tratar de clarificar el panorama rompe el ya de por sí delicado equilibrio que la sostiene e inicia la caza de brujas de los que osan cuestionar el orden establecido. Poco a poco en F.O.C.D.E. se está imponiendo un tipo de Timbrado ecléctico y políticamente correcto que gusta a la mayoría pero que, en realidad, no responde a los parámetros de selección de ninguna de las dos variedades primitivas, por ello es criticado tanto por los puristas del Timbrado F.O.E. como por los puristas del canario de canto floreado.

Es en este contexto, en la era de la información e Internet, en el momento de mayor expansión del Timbrado en América y Europa, en el que planteamos que ya es hora de asumir nuestras responsabilidades, de llamar a las cosas por su nombre y de que tratemos de arreglar la situación. Por ello es preciso clarificar qué es el Timbrado Español y qué es el cantor español o canario de canto floreado para que ambos puedan seguir con su progreso y evolución, sin ponerse mutuamente la zancadilla; en esa tarea es la historia, como hemos visto, la que nos da la respuesta.

Resulta evidente qué es lo que define al genuino y auténtico Timbrado Español y si hacemos un estudio objetivo tendremos que llegar a la conclusión de que los únicos que tienen claro este punto son los jueces y criadores de la F.O.E., que llevan cincuenta años diciendo que la base genética del canto de su canario son los timbres, los CHAUS y los PIAUS, con el complemento de una serie de giros, más o menos importantes, que se combinan con los básicos para crear canciones que se ajusten lo más posible a la planilla estándar; diseñada, al contrario de la planilla F.O.C.D.E/C.O.M., para que el ejemplar emita en su canto cuantos más giros de la misma mejor (muestra de ello es que uno de los criterios de desempate F.O.E. es el mayor o menor número de casillas de la planilla cubierto).

Por el contrario, el canario floreado basa su canto en la improvisación, en su capacidad de crear y combinar en canciones musicalmente complejas y atractivas infinitos sonidos de ritmo no continuo, timbre variado y texto fonético ilimitado. La emisión de giros de ritmo continuo (timbres y rodadas) y de ritmo no continuo de texto fonético limitado (cascabel, castañuela, Chaus, Piaus, Campana, etc.) confiere a las canciones de los canarios que los realizan una apariencia de semejanza canora de la que carece nuestro canario, cuya tarjeta de presentación es, precisamente, la diversidad en estado puro. Se trata, en suma, del canario cantor por excelencia, un ejemplar creado para componer y que por ello requiere de una selección genética especialmente exigente: no basta sólo con elegir a los ejemplares que posean los aparatos de canto más adecuados sino que además deben demostrar su talento para utilizarlo de la forma más eficiente desde el punto de vista musical.(3)

4.- Una raza con personalidad propia.

Por la variedad y diversidad canora de este tipo de canario, cabría pensar que se trata de un canario de canto indefinido y, por tanto, inmerecedor de ser considerado como genuina raza de canto, pero nada más lejos de la realidad. La homogeneidad canora de los ejemplares de la raza se basa en la especialización en los giros de ritmo no continuo, principalmente los de ritmo discontinuo (cuatro ó menos sílabas emitidas por segundo), ninguna de las razas de canarios de canto existentes está seleccionada sobre la base de la emisión exclusiva de los giros de ritmo no continuo; los giros de ritmo continuo (timbres, rulos, rodadas, etc.) juegan un papel importante tanto en el Roller, como en el Malinois y el Timbrado, pero en la raza que nos ocupa su emisión implicaría penalización e, incluso, descalificación.

Características raciales:

La apariencia física de esta raza difiere poco de la del resto de canarios de canto. Nos encontramos ante un canario de apariencia robusta, tamaño medio, cabeza grande, cuello corto (casi inexistente), pecho ancho, cola no muy larga, patas cortas y plumaje liso y compacto. En lo que se refiere al color, en principio, se admiten todos siempre que no presenten factor rojo. No obstante, fuera del verde, el gris o pizarra, el bruno -erróneamente llamado por muchos aficionados isabela-, el amarillo, el blanco y los respectivos píos, hay que desconfiar y pensar en la posibilidad de cruces con canarios de color. Se admiten los ejemplares moñudos.

En lo que se refiere al canto, se trata de canarios de timbre de voz brillante, registro tonal alto o medio-alto, imprescindible buena dicción, cadencia o ritmo de emisión pausado, máxima musicalidad (puesta de manifiesto a través del pleno dominio de sus facultades vocales y amplio registro tonal) y repertorio rico y variado basado exclusivamente en los giros de ritmo no continuo, con predominio de los de ritmo discontinuo sobre los semicontinuos. La emisión del canto en tonos medios y bajos, acompañada de la realización de un exceso de giros propios de otras razas, como el apoyo de la canción en giros de ritmo continuo o en giros de agua, es un indicio de cruce o desviación del estándar que conllevará la descalificación en el concurso del ejemplar en cuestión.

Podemos clasificar los giros que conforman el canto de diferentes maneras, aquí utilizaremos cuatro clasificaciones:

  1. POR EL RITMO DE EMISION.

Atendiendo a la cadencia o velocidad de emisión de las diferentes sílabas o partes del giro hablamos de:

  1. Giros de ritmo continuo: Son aquellos en los que el oído humano no puede apreciar separación alguna entre las diferentes sílabas que conforman el giro, debido a que el número de las mismas emitido por segundo es muy elevado (10 ó más) y se produce un efecto de continuidad del sonido favorecido por las especiales características sonoras de la consonante "r". La emisión de este tipo de giros conllevará la penalización o descalificación de los ejemplares que los realicen.
  2. Giros de ritmo semicontinuo: Son aquellos en los que apreciamos cada una de las sílabas del giro, pero que apenas hay separación o descanso entre su emisión (de 5 a 9 sonidos por segundo).
  3. Giros de ritmo discontinuo: Variaciones en las que la emisión de sus diferentes partes se realiza de forma claramente espaciada, podríamos decir que el canario descansa entre sílaba y sílaba (Este tipo de giros se emite a una cadencia mínima aproximada de unos cuatro sonidos por segundo).

  1. POR EL TIMBRE O COLOR.

Por las peculiaridades sonoras de los giros distinguimos entre:

  1. Giros metálicos: Cuyo sonido recuerda al que producen los materiales metálicos.
  2. Giros huecos: Su sonido nos recuerda al producido por objetos huecos, por ejemplo, al golpear con los nudillos una cajita de madera vacía.
  3. Giros acuosos: Recuerdan el sonido del agua, en diferentes situaciones.

Los tres tipos anteriores son los principales, pero también podemos encontrar otros colores vocales.

  1. POR SU TEXTO FONÉTICO.

  1. Limitados: Aquellos giros que vienen definidos por la emisión de consonantes y vocales típicas determinadas.
  2. Ilimitados: Aquellos giros en cuya composición fonética pueden intervenir todas las consonantes y vocales.
  3. Parcialmente limitados: Aquellos giros en cuya composición, a pesar de poder intervenir todas las consonantes y vocales, siempre escucharemos unas consonantes y vocales determinadas.

  1. POR SU COMPOSICIÓN.

Por la composición de los sonidos que conforman cada giro, hablaremos de:

  1. Giros Simples: Los formados por sonidos monosilábicos o polisilábicos en los que sólo intervienen consonantes en la primera sílaba.
  2. Giros Compuestos: Los formados por sonidos polisilábicos, con la excepción vista en los giros simples.

Los diferentes giros pueden ser realizados con modulaciones ascendentes, descendentes u onduladas, con lo que la melodía del canario gana en belleza y dificultad.

Avanzando en el conocimiento del canto, ha llegado el momento de presentar y proponer un posible estándar:

GIROS POSITIVOS(4)

Floreos simples......................30 puntos
Floreos compuestos...............33 puntos
Cloqueos................................12 puntos
Giros de agua simples.............9 puntos
Giros de agua compuestos.....16 puntos

Total.....................................100 puntos

GIROS NEGATIVOS*

Rascadas..............................3 puntos
Nasalidad.............................3 puntos
Estridencias.........................3 puntos
Rodadas**...........................3 puntos

CATEGORÍAS

1ª De 90 a 100 puntos
2ª De 80 a 89 puntos
3ª De 70 a 79 puntos
INSUFICIENTE menos de 70 puntos

* La penalización de dos ó mas giros negativos será causa de descalificación automática.

** El exceso y apoyo del canto en los giros de ritmo continuo será causa de descalificación y no de penalización. En una segunda fase, a medio - largo plazo, la emisión de giros de ritmo continuo desaparecerá como falta y será causa de descalificación directa.

Este estándar rompe con el tradicional sistema de puntuación del 3-6-9 de Wolf y se decanta por un tipo de planilla-estándar, de concepción más próxima a los estándares de postura; partimos de un tipo de canto ideal de la raza. A pesar de que los ejemplares deben emitir giros representativos de casi todos los tipos previstos en el estándar para alcanzar las puntuaciones más altas, la asignación de puntos otorgada a cada grupo dependerá de la importancia cualitativa de los mismos dentro del canto del canario, ya que en el análisis y valoración del canto tendremos en cuenta, ante todo, la perfección de la voz, la pureza de dicción de los sonidos emitidos, su musicalidad y, por último, el repertorio como elemento que personaliza, caracteriza y define a la raza.

Los giros pueden dividirse en tres grupos según su importancia cualitativa, que no cuantitativa, en el estándar:

    1. GIROS PRINCIPALES O SUPERIORES:
      1. Floreos simples
      2. Floreos compuestos
    2. GIROS MEDIOS O BUENOS:
      1. Giros de agua compuestos
      2. Cloqueos
    3. GIROS INFERIORES O ACEPTABLES:
      1. Giros de agua simples

5.- Conclusión.

Como ya he indicado al principio, estas líneas constituyen una modesta opinión personal sobre la hipotética segunda raza de canarios de canto española. Vuelvo a manifestar mi absoluta convicción de que su reconocimiento supondría la solución a uno de los problemas más graves que tiene la canaricultura española, pero también debo convenir que, en la actualidad, el reconocimiento de la nueva raza es inviable.

Por una parte, la necesaria reforma del Código del Timbrado Español, consistente, entre otros puntos, en la imposición de la obligatoriedad de la emisión de timbres de ritmo continuo en el canto Timbrado, que dejaría la vía técnica y administrativa libre a la nueva raza, no es posible. A pesar de que se contaría con el apoyo de F.O.E., de los timbradistas F.O.C.D.E.-F.O.E., de los partidarios del canario de ritmos discontinuos y de parte de los partidarios de las posturas eclécticas, encontraríamos la férrea oposición de la mayoría de los defensores del Timbrado ecléctico, destacando los canaricultores andaluces y parte de los asturianos y valencianos, que, aun a pesar de defender que el Timbrado debe emitir timbres, toleran y utilizan los ejemplares de ritmos discontinuos como reproductores o ejemplares de trabajo; toda vez que, como también se ha dicho, si se reconociera la nueva raza se encontrarían en tierra de nadie a merced de la pinza formada por los timbradistas F.O.E. y los partidarios de la nueva raza.

Por otra parte, dentro de los partidarios de los canarios de ritmos discontinuos la falta de unidad de conceptos hace inviable hacer piña en torno al proyecto de reconocimiento de la nueva raza. El desmesurado afán de protagonismo de algunos les ha hecho potenciar un tipo de canario que con anterioridad era utilizado únicamente como medio de trabajo (5), el canario de canto asilvestrado. La demagogia, el proselitismo y la justificación y condonación de los defectos canoros de este tipo de canarios ha llevado a que sea el canario dominante en la mayor parte de los criaderos de ritmos discontinuos, arrinconando al canario doméstico seleccionado durante generaciones. No cabe duda de que culpables de esta situación somos todos; unos por haberlo potenciado y otros por habernos callado y mirado hacia otro lado durante demasiado tiempo. Reconocer hoy como raza independiente al canario de ritmos discontinuos supone, desgraciadamente, dar carta de naturaleza al canario asilvestrado y ello supondría un remedio peor que la enfermedad. En tanto en cuanto los defensores del canario asilvestrado no sean capaces de realizar una selección canora coherente y aprendan a distinguir el grado justo de asilvestramiento del mayoritario exceso actual no hay nada que hacer. Se está llegando a un extremo en el que la mayoría de los canarios de ritmos presuntamente discontinuos que se presentan a los concursos semejan más pardillos y jilgueros de deficiente calidad que canarios. Las estridencias y la precipitación se justifican por el grado de f silvestre, las rascadas y las ronqueras por la voz sesgada del silvestre y las gangosidades se dice que son, asimismo, porque la voz es así y cada uno posee la voz que tiene.

Ojalá estos impedimentos desaparezcan con el tiempo y podamos hablar con orgullo del canario floreado como segunda raza de canarios de canto aportada por España a la canaricultura mundial. Me niego a creer que no seamos capaces en el futuro de solventar los impedimentos descritos, que eso sea posible es trabajo de todos, sin individualismos ni afanes de protagonismo. Pero, sobre todo, será preciso que se vuelvan a imponer el buen gusto y la sensibilidad musical que llevó a nuestros antecesores asturianos a seleccionar el maravilloso canario de canto de ritmos discontinuos. Quizás de haber sido reconocido hace cincuenta años muchos de los problemas que nuestra canaricultura de canto ha padecido no se hubieran producido y, por otra parte, con un estándar propio, es posible que no hubiéramos tenido que lamentar hoy el descontrolado auge de un canario asilvestrado al que un Código claro, basado en los principios elementales de la canaricultura de canto clásica, no habría dado oportunidad de florecer.

Notas:

(1) El canario del País era, supuestamente y según creían los canaricultores de la época, el descendiente directo más puro de los primeros canarios silvestres criados en cautividad en España, por ello se suponía que su genotipo y fenotipo eran los más próximos a su antepasado salvaje; no obstante, es imposible hablar de este tipo de canarios como constitutivo de una raza, ya que los canarios del País carecían de la homogeneidad fenotípica, grosso modo, que caracteriza a las razas fijadas y seleccionadas. Del canario del País español surgieron, bien por selección, bien mediante cruces con razas extranjeras, canarios silvestres e incluso a través de la hibridación con verdecillos, varias razas, aunque algunas de ellas no han sido reconocidas hasta hace pocos años. Así, si leemos los artículos de la época, las referencias en libros de canaricultura, españoles y extranjeros, y los cruces de los que se habla en ellos, comprobaremos que se mezcla el origen de los canarios de Raza Española (Cataluña), del Timbrado (Madrid), del Giboso Español (Sevilla), del Melado Tinerfeño y del Larguillo (Valencia). Aunque el Cantor Español siempre se ha amparado por el estándar del Timbrado, nuestro canario de canto basado en los ritmos no continuos surgió en la misma época que el Timbrado, de forma paralela e independiente, en Asturias.
(2) En "Impresiones sobre el actual canario de canto español o del País", Revista Pájaros nº 14, 1ª Epoca, año 1961, José Salvador Rico Núñez hace referencia a un criador de Gijón, un tal Valle, que había obtenido unos destacados ejemplares a través del cruce de canario del País con canario silvestre; no obstante, tanto de los escritos de Rico como de los de Drove se desprende que el cruce con canarios silvestres no se practicaba de forma generalizada por los asturianos. De hecho, cuando algunos años más tarde ciertos criadores empezaron a realizar, bajo la dirección de Drove, cruces selectivos con canarios silvestres las bases genéticas del canario de canto asturiano estaban ya sentadas y fueron esos basamentos los que favorecieron la dirección hacia el canto basado en giros de ritmo no continuo. No olvidemos que también en F.O.E. se hicieron cruces con canario silvestre, como el propio Alvaro Guillén reconocería, Revista Pájaros nº 38-39, 2ª Epoca, año 1978, pags. 43 y 44. A nadie escapa que el canario silvestre es utilizado como comodín por los defensores de ambas tendencias y que el resultado canoro obtenido en estos cruces depende más de la aportación genética del canario doméstico con el que es cruzado que del propio silvestre.
(3) De ahí la importancia que damos a la no educación del canto con ejemplares adultos.
(4) Véase el esquema explicativo de los giros en el anexo.
(5) Recomiendo la lectura del artículo "La fuerza del silvestre", de Santiago Iso Gracia, publicado en el catálogo del II Concurso del Club Timbrado "Ciudad de Albacete".
(6) La diferencia entre los cloqueos de agua y los giros de agua simple estriba en que en los primeros debe percibirse claramente el fonema K (consonantes c o k).

   

 

Los Giros del Canario de Canto Floreado

RITMO EMISION

TIMBRE

giro

texto
fonético

consonantes y vocales

ejemplos onomatopéyicos

puntuación

TODOS LOS GIROS PODRAN EMITIRSE CON RITMO SEMICONTINUO O DISCONTINUO

HUECO METALICO

FLOREOS SIMPLES

ILIMITADO

Giros formados por sonidos monosilábicos o polisilábicos en los que sólo intervienen consonantes en la primera sílaba, en cuyo texto pueden intervenir todas las consonantes y vocales.

linlinlinlin..., ta ta ta, tuituitui

pli pli pli, taa taa taa,

tuio tuio tuio

HASTA

30 PUNTOS

HUECO, METALICO O COMPUESTO NO DE AGUA

FLOREOS COMPUESTOS

ILIMITADO

Giros formados por sonidos polisilábicos en cuyo texto pueden intervenir todas las consonantes y vocales.

doili doili doili,

tuilo tuilo tuilo, piyiyo piyiyo...

tirolio tirolio tirolio

fliori fliori fliori, toclok toclok

HASTA

33 PUNTOS

HUECO O ACUOSO

CLOQUEOS(6)

LIMITADO

consonantes C, K,G y L

vocal A, I, O y U

clo clo clo clo..., claclaclacla...

clok clok clok clok...

HASTA

12 PUNTOS

ACUOSO

GIROS DE AGUA SIMPLES

LIMITADO

Giros formados por sonidos monosilábicos o polisilábicos en los que sólo intervienen consonantes en la primera sílaba, en cuyo texto intervienen las consonantes B, L y W y las vocales I, O y U (posible la A)

bliblibli…, blobloblo…,

blublublu…, blob blob blob,

blou blou blou, bloui bloui bloui,

HASTA

9

PUNTOS

ACUOSO O COMPUESTO CON AGUA

GIROS DE AGUA COMPUESTOS

PARCIALMENTE LIMITADO

Giros formados por sonidos polisilábicos en cuyo texto pueden intervenir todas las consonantes y vocales, aunque con la limitación consistente en la presencia de alguna de las siguientes consonantes: B, G, L o W.

cloblobcloblobcloblob

tigluy tigluy, piroglokpiroglok

HASTA

16 PUNTOS

GIROS NEGATIVOS: Restan puntuación los giros emitidos con RASCADA, ESTRIDENCIA, NASALIDAD y las RODADAS. HASTA 3 PUNTOS CADA DEFECTO.

© Miguel Angel Martín Espada