Justificando una opinión sobre el canario
llamado Timbrado Español
Por Antonio Drove Aza
Revista Pájaros nº 13, 1961
Hemos visto en los distintos artículos publicados
en esta revista, con motivo de la encuesta sobre el canto del País,
que se mantienen criterios muy opuestos sobre el canto y denominación
del Timbrado Español. Para unos, para los que no han conocido
otro tipo de canto ni otra denominación, consideran que debe
continuar llamándose Timbrado y persistir el actual Código;
otros, creen que esta denominación es absurda por estimar
que los Timbres, tal como se definen en el Código, son rulos
y, por tanto, no son temas básicos de esta modalidad de canto,
por lo que no es correcto tal nombre; otros, por fin, creen que
cambiando el nombre de Timbrado por el de Español y manteniendo
las actuales directrices del Código, es suficiente para proseguir
la labor cultural emprendida en el cultivo de tan interesante canario,
no debiendo crearles confusiones y desorientaciones a sus cultivadores
por las repetidas críticas que es objeto por parte de quienes
las exponen.
Debemos convencernos todos, que jamás ha
existido, por parte de nadie, la más mínima animosidad
hacia el cultivo del buen canto del País. Lo que pueda
tomarse como derrotismo, no es más que una consecuencia propia
de la incomprensión de los conceptos técnicos que
se han tratado de inculcar en bien de quienes cultivan esta modalidad
de canto, y estoy seguro que existiría una mayor compenetración
y disposición a la discusión de criterios técnicos,
si en la conciencia de todos los aficionados de buena voluntad,
existieran conocimientos más firmes de lo que es
el canto de los pájaros en general.
Desgraciadamente, se ha inculcado en la mente de
los cultivadores del canario del País, principios técnicos
y conceptos equivocados, que son muy difíciles de desarraigar,
máxime si existen prejuicios sobre la personalidad canarícola
Roller de quienes lo intentan. Los qué desde hace muchos
años practicamos la canaricultura Roller, estamos o debemos
estar -en contra del parecer general- en muy superiores condiciones
técnicas de interpretación de lo que es el canto de
los pájaros.
La primera confusión que sostienen los aficionados
al canto del País, y que es preciso aclarar previamente,
es la de creer que la denominación de las notas del canto
Roller solamente son aplicables al canto de los canarios de esta
raza, cuando en realidad son muchos los pájaros silvestres
que emiten notas semejantes, sin que por ello dejemos de denominarlas
de otra forma de las adoptadas internacionalmente, o en su traducción
correspondiente a la de todos los países.
Todos sabemos que los pájaros de distinta
y aun de la misma especie, no cantan exactamente igual. No obstante,
si analizamos el canto de unos y otros, observaremos cierta semejanza
de estructura o de composición fonética en distintos
pasajes; unos, los emiten con ritmo más acelerado; otros,
lo modulan más perfectamente, y con más grata vocalización;
otros, lo expresan con más languidez. En definitiva: una
misma nota puede ser captada con variadas características
según el temperamento de los pájaros y, sobre todo,
por las particulares condiciones y facultades de los respectivos
órganos productores de canto, ya que éstos son susceptibles
de variar la tonalidad y sonoridad, de acuerdo a condiciones físicas
de resonancia por especial disposición de la concavidad bucal
y del movimiento del pico.
Las flautas emitidas por un ruiseñor, pardillo,
verderón, malvís, etc., etc., son semejantes, puesto
que su estructura fonética es similar, diferenciándose
únicamente en el ritmo (más o menos rápidas),
en la modulación (inflexiones de la voz), en el tono (grave,
agudo, buceo, sordo), y en la forma de expresión (duro, severo,
alegre, triste). Todas ellas son flautas, y, sin embargo, a pesar
de tal denominación (flautas), no por eso, esta nota es privativa
del canario Roller.
Igualmente acontece con los trinos o notas de agua,
cloqueos, timbres (cascabeleos), tanto en sus formas simples, como
compuestas, y, a pesar de ser muchísimos los pájaros
que las emiten en variadas frases, cada uno con sus particulares
ritmos, modulaciones, tonalidades y formas de expresión,
no por eso dejaremos de aplicar la denominación correspondiente
al canto de cualquiera de los pájaros que las ejecuten.
Los rulos, en cambio (léase Timbres altos,
medios o graves, según el Código). solamente son propios
y dominantes del canario Roller, y de muy pocos pájaros silvestres:
el verdecillo o chamariz, con su variado repertorio de entremezclados
e imperfectos rulos timbrados, y el verderón, con sus "tórreos"
cortos y largos. Ya veremos más adelante la diferencia existente
entre un Rulo (Timbre, según el Código) y un Timbre
(Cascabeleo, según el mismo Código).
Como antiguo cultivador y modesto conocedor de
la cultura del buen canto del canario del País, es lógico
que manifestara mi disconformidad, verbal y escrita, desde los primeros
momentos del intento de crear y establecer un tipo de canto estandardizado
que fuera antagónico del Roller: Primero, se pensó
establecer una raza de canarios del País, de 16 cm. de longitud,
para antagoni-zarlo del Canario Español propuesto por la
U. C. de Barcelona en el Congreso de Avicultura celebrado en Madrid
en 1948, propuesta que fue aprobada con el beneplácito de
quienes, precisamente, pretendieran establecer el canario antagónico
del diminuto Canario Español. Posteriormente, en 1951. ante
el fracaso del descomunal y ordinario canario que se intentaba implantar,
se consideró, muy sabiamente por cierto, que el tamaño
fuera una razón secundaria, dando preferencia al canto, para
lo cual, se estableció el actual Código, recopilando,
tras laboriosas interpretaciones, las notas meritorias que definirían
en lo sucesivo al nuevo canario Timbrado Español.
Es lógico que quienes no conocieran otra
modalidad de canto del País que el de aquellos canarios mixtificados
y ordinarios, tradujeran en el Código los conceptos inexactos,
propios de la falsa apreciación del canto de aquellos canarios
impuros y sin que, hasta la fecha. a pesar de todos los pesares,
se hayan subsanado en lo más mínimo los errores cometidos
entonces.
Según mi opinión, existen, entre
otros. tres errores fundamentales, que demostraremos más
adelante, que son innatos a la confección del Código:
Primero, falsa denominación de Timbrado Español, por
erróneo concepto de Timbre, por cuyo motivo y al considerarlos
básicos de esta modalidad de canto, se estimulan las ruladas
(más o menos perfectas), impropias siempre del canario del
País. Segundo, estimular asimismo rudezas de expresión
de acuerdo a los textos fonéticos de algunas notas de mérito
establecidas, y Tercero, no haber incluido precisamente a las variaciones
de AGUA (Clapoteos) como básicas de este canto, ya que éstas,
solas o cambiadas con los Cloqueos y acompañadas de Flautas,
son las que deben constituir la estructura del buen canto del canario
del País, totalmente distinto del cadencioso y severo Roller.
Esta modalidad de canto que entonces preconicé
y que repetidamente he pretendido inculcar su cultivo a los aficionados
del canario del País, ha existido efectivamente y la recordamos
con añoranza los viejos aficionados españoles: fue
el canto de aquellos célebres canarios de Vich, mi ciudad
natal, en cuya localidad catalana los cultivábamos en mi
niñez y cuyo meritorio canto era apreciado fuera de nuestras
fronteras por no emitir notas desagradables y sí, en cambio,
multitud de variaciones bien vocalizadas y moduladas, en un repertorio
contrastado de tonalidades diversas, en el cual, además de
reconocerse bellos y meritorios Clapoteos, Cloqueos y variadísimas
Flautas, expresaban estrofas completas del canto del ruiseñor
emitidas con discreta sonoridad y delicados tonos de voz.
Desgraciadamente, el canto de este canario fue
perdiéndose a consecuencia de cruces desafortunados: Primero,
con el entonces llamado Holandés (rizado), consiguiéndose
productos desgarbados y heredando también un canto verdaderamente
ordinario con los consiguientes Cbaus-Chaus y Piaus-Piaus, que jamás
habían sido aceptados por los prestigiosos criadores de Vich.
Poco después, y debido a la justa fama que adquirieran los
célebres Edeiroller del Harz, los pocos canarios puros que
aun quedaban fueron cruzados, allá por el año 1914,
con aquellos canarios alemanes importados, dando lugar a productos
de cantos mixtificados con ruladas y timbres rulados de baja calidad
y que, lejos de mejorar el canto en general, les hacía perder
el sello característico e inconfundible de un canto alegre,
bello y meritorio, que tanta fama y adeptos había conquistado
en todas las provincias españolas y en el extranjero.
El esnobismo de nuevos tipos y cantos de canarios
extranjeros, fue la causa de que los criadores de Vich y, en general,
los de toda España se vieran influenciados por el deseo de
incorporar a sus canarios, las características de canarios
ajenos, dando al traste, por fin, con el genuino canto, tipo y tamaño
(12-13 centímetros) del canario de Vich, para transformarse,
en muy pocos años, en el llamado canario del País,
ambigua denominación aceptada y que no define a canario alguno,
tanto por su pureza racial, como por las irregularidades morfológicas,
ni por el grado de mixtificación de su canto. Características
irregulares que son fáciles de comprobar en los actuales
canarios y que demuestran los desafortunados cruces de que fueron
objeto sus antepasados por la generalidad de los criadores españoles.
Por estos motivos, no es de extrañar, que
quienes, con la mejor voluntad, establecieron el Código del
Timbrado Español, confundieran ciertas notas que consideraron
básicas de esta modalidad de canto, cuando, en realidad,
no son más que reminiscencias, más o menos acusadas,
de los cruces de antaño y que, como hemos visto, fueron los
que modificaron sensiblemente la pureza del canto del canario de
Vich.
Si nos atenemos a la composición y expresión
fonética de los llamados Timbres, tal como están definidos
y explicados en el Reglamento para juzgar el canto Timbrado, comprobaremos
que lo que se define como tales, son auténticos Rulos, puesto
que si producen sonidos ininterrumpidos o continuos, es prueba
evidente de que existe un rápido batido de la consonante
"r" o ''''erres" sobre las vocales, obteniéndose,
por tanto, redobles o Rulos, cuya calidad y mayor parecido (artísticamente)
con los del Roller, serán tanto más perfectos y acusados,
cuanto más blandas y gratas al oído, sean, respectivamente,
las consonantes y vocales puestas en movimiento.
Si al concebir la nota de Timbres, se creyó
que el efecto acústico del repiqueteo del timbre eléctrico,
definiría mejor la denominación adoptada, no debemos
ignorar que un rapidísimo repique (valga la redundancia)
de 20-35 veces por segundo sobre un material cualquiera: metal,
madera, etc., produce asimismo redobles o rulos, de distinta altura
de sonido (tono), cuyos golpes de percusión representarán
a las consonantes de la composición fonética, y las
vocales a la resonancia del material afectado por las percusiones,
percibiéndose un redoble de movimiento continuo regular,
en el que la vocal será variable de acuerdo al material empleado.
Así, en el cristal y metal percibiremos un sonido en i,
en la madera y cartón, en o y u, e incluso
en e y ei, si el material utilizado es inadecuado o defectuoso
(madera agrietada, por ejemplo), produciendo asimismo redobles puros,
pero de sonidos imperfectos y, por tanto, menos agradables: ririri...
rorororo... rererere... reireireirei...
En cambio, cuando no existe batido de las consonantes
sobre la vocales o, lo que es lo mismo, que el golpeteo es relativamente
lento, entonces percibiremos un sonido interrumpido entre sílaba
y sílaba, respondiendo este ritmo a la velocidad de percusión,
que para 4 a 7 golpes por segundo, obtendremos, no un rulo, puesto
que no existe redoble, sino lo que internacionalmente se llama Timbre.
En el Código figura esta nota como Cascabeleo, denominación
correcta que se adapta perfectamente, a la onomatopeya del sonido
producido: lin-lin-lin-lin... y será tanto más agradable,
cuanto más suavemente sea emitido (percusión suave)
: li-li-li-li-li...
Debemos aceptar, sin duda alguna, que los llamados
"Timbres" en el Código son Rulos por mucho que queramos enmascararlos
con durezas de expresión y vocalizaciones poco agradables,
pues siempre poseerán el carácter rodado que permite
reconocerlos como lo que verdaderamente son. Como vemos, este erróneo
concepto de "Timbre" ha conducido a una falsa denominación
de Timbrado Español, al ser los rulos, precisamente, las
notas que se consideran básicas del canto del canario del
País.
Esta grave anomalía del Código, aparte
del indudable confusionismo que ha creado en la afición,
pudiera, tal vez, conducir a problemas de carácter jurídico,
por el hecho absurdo de descalificar a un canario por emitir ruladas,
perfecta y categóricamente definidas como tales, en un Código
de canto, que las valora y las considera básicas.
Tampoco son básicas del buen canto del País,
los Chaus-Chaus y Piaus-Piaus. Estas ordinarias Flautas, al igual
que las llamadas Castañuelas (variedad de Cloqueos) : Chas-Chas-Chac-Chac...
fueron siempre motivo de descrédito para quienes las estimulaban
en sus canarios. Esta apreciación la mantuvimos en mi época,
ya lejana, de cultivador del canario de Vich y la mantienen los
países más adelantados de la canaricultura europea,
al llamar despectivamente "Choppers" a los canarios que emiten estas
expresiones rudas, realmente desagradables.
Si los criadores del canario del País van
reconociendo que los Chaus-Chaus y Piaus-Piaus, onomatopéyicamente
pronunciados, producen desagradable impresión, y si igualmente
reconocemos mañana, que las Castañuelas con sus ordinarios
trallazos no resultan gratas al oído, y si, asimismo,
los "Timbres", con sus ruladas en e y ei producen sonidos
nasales y cascados, debemos admitir como cierto el segundo error
del Código al estimular durezas de expresión, incompatibles
e inadmisibles con una labor educadora propia de la Canaricultura:
la de desarrollar arte, no la de crear fealdad.
Quienes tengan idea del canto de canarios y pájaros
diversos y hayan oído a los actuales canarios
del País, habrán observado que buena parte del repertorio
de su canto se desarrolla con imperfectas, pero al fin verdaderas
variaciones de Agua en sus formas simples y compuestas, a pesar
de lo cual, no figuran en el Código las notas bien definidas
que estimulen y mejoren su cultivo. Los órganos de canto
de los canarios puros del País, están en las mejores
condiciones físicas para emitirlas con perfección.
por su predisposición innata a esta modalidad de canto acuoso.
Con este artículo he pretendido justificar
el porqué de mis reiteradas críticas al Timbrado Español
y, al mismo tiempo, hacer comprender a la masa de la afición
los principales errores que mantienen los aficionados con el cultivo
del canto de sus canarios. No quiero citar testimonios que avalen
mi continua labor para inculcar el buen canto del País, ni
recordar antiguos llamamientos de hermandad para establecer en común
las normas verdaderamente técnicas que definieran lo que
debe ser este bello y meritorio canto. Lo que sí quiero hacer
ahora es relatar cierta "desafortunada" actuación mía
en el Concurso de Oviedo en el año 1952, que dio como consecuencia
secundaria, el descubrimiento de ciertos canarios puros del País
(Vich) y cuyos descendientes están muy de actualidad por
su sensacional actuación en el último Concurso en
la capital asturiana. Los hechos son los siguientes:
En el año 1952 fui requerido para calificar
el canto Roller en el Concurso de Oviedo. Cumplida mi misión,
fuí invitado para juzgar asimismo el canto del País,
ya que en esta modalidad de canto ya había actuado varias
veces en los de Madrid. Mi sorpresa fue grande cuando me presentaron
planillas impresas con las notas de mérito del actual Código
recién establecido. Dado mi criterio particular sobre este
canto, que siempre he mantenido invariable, no las acepté
y juzgué con arreglo a la impresión general del canto
de cada canario sobre una determinada puntuación máxima.
No sé si el bochorno que sentí fue por mi actitud
adoptada, o por la desconfianza reflejada en las caras de los oyentes
que presenciaban el Concurso. Me cabe, sin embargo, la íntima
satisfacción del deber cumplido, calificando a los canarios
con arreglo a los criterios que ahora conocen mis lectores.
Cariacontecido por el absurdo camino que se pretendía
conducir a la Canaricultura Española, me trasladé
a Avilés para ver a mis familiares. Uno de ellos me habló
de un amigo suyo, D. Manuel González Monteserin, que tenía
unos canarios que "cantaban muy bien" y me invitó a escucharlos.
Fue grande mi sorpresa al ver y oír a aquellos canarios,
cuya raza la creía totalmente perdida en Vich, ya que me
hizo recordarlos por su canto, tipo, tamaño y plumaje. Debió
ser tal mi asombro y alegría por tal hallazgo, que ya en
Madrid recibí el diario "Voz de Aviles", con una gacetilla,
en la que se citaba mi descubrimiento y transcribía, poco
más o menos, las alabanzas que me habían merecido
tales canarios.
Este año he sido invitado de nuevo para
actuar en el Concurso de Roller de Oviedo. Gracias al amigo D. Santiago
Ruiz, que también se desplazó allí para juzgar
el canto del País, he tenido la satisfacción, esta
vez por partida doble, puesto que, además de volver a escuchar
unos buenos canarios del País que causaron sensación,
su criador D. Vicente Arguelles Villaverde me hizo recordar mi descubrimiento
de hace nueve años, y me confesó espontánea
y sinceramente que esos canarios procedían, tras ciertos
cruces efectuados, de los canarios que había adquirido en
Avilés con motivo de la noticia publicada en el diario de
aquella ciudad asturiana, cuyos canarios aun conservaba.
Yo me permitiría, modestamente, recomendar
al Sr. Arguelles que no amplíe el repertorio de su canto
con esas "notas" que dicen ser básicas del canario del País.
Posee una estirpe buenísima que es susceptible de purificar,
procurando mejorar en lo posible la modulación, dicción
y vocalización grata, de todas las notas, y estimulando las
variaciones de Agua, Cloqueos y Flautas. Con estas notas, en sus
formas simples y compuestas, se obtiene un canto variadísimo
y de muchísimo mérito, que causaría sensación
en los Concursos Internacionales.
Vuelvo a repetir ahora, lo que dije públicamente
en Oviedo al ser invitado precipitadamente por el amigo Ruiz, cuando
estaba juzgando a este lote de canarios: "Así es como debemos
enfocar el Canto Español; todo lo demás que se preconiza
es falso y absurdo".
¿Es susceptible de establecerse un Código
que recopile toda la belleza y variación con que pueden deleitarnos
los canarios de esta modalidad de canto? Creemos sinceramente que
sí. La afición española tiene la palabra.
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