Por Enrique Moreno
Ortega
Veterinario especialista en aves
Cada vez es mayor el uso de probióticos en la avicultura
en general. La razón de ésto hay que buscarla en el
amplio abanico de ventajas que ofrece su uso.
Existen aún pocos estudios científicos
sobre el uso de estos productos, estando realizados la mayoría
de estos trabajos sobre aves de granja. No obstante, muchas de las
conclusiones obtenidas en estas investigaciones pueden aplicarse
perfectamente a las aves de compañía.
Podemos definir a los probióticos como cultivos
de microorganismos vivos (la mayoría de ellos lactobacilos)
que colonizan el tracto intestinal de los animales que los consumen,
y cuyo objetivo es asegurar el normal equilibrio entre las poblaciones
de bacterias beneficiosas y peligrosas del aparato digestivo.
Cuando nacen los polluelos su intestino prácticamente
está estéril, desarrollándose su flora intestinal
durante las primeras semanas de vida. Esta flora autóctona
es específica y está determinada por las condiciones
físicas y químicas existentes en su aparato digestivo.
Son muchas las formas en que pueden llegar los
microorganismos peligrosos al intestino de las aves -a través
del agua o de la comida a través del acicalamiento de las
plumas- cuando un ave alimenta a otra, o bien sustancias que fueron
inhaladas luego tosidas y finalmente tragadas. Sin embargo, el aparato
digestivo dispone de una serie de mecanismos de defensa que impiden
que estos microorganismos perjudiciales se instalen aquí
y produzcan enfermedad:
- En el proventrículo (estómago glandular) existen
unas condiciones muy ácidas (pH 2) que destruyen la mayoría
de las bacterias y los virus.
- Producción de sustancias por parte del hígado
(ácidos Biliares) y páncreas (enzimas pancreáticas)
vertidas al tubo digestivo, pudiendo destruir allí a ciertos
virus.
- Elaboración de un mucus por las células especializadas
que cubre las paredes internas del aparato digestivo, impidiendo
la adhesión de bacterias perjudiciales.
- Producción de anticuerpos que van a inutilizar a virus
y bacterias peligrosas.
- Presencia de una flora intestinal (bacterias, levaduras y protozoos)
que compite con los microorganismos no deseados.
Cuando la flora normal es destruida o debilitada
por el uso indiscriminado de antibióticos es el momento en
el que los gérmenes oportunistas que normalmente infectan
a un ave sana empiezan a multiplicarse de forma rápida, originando
enfermedad en el animal. Por ejemplo, es normal que las aves que
estén recibiendo antibióticos como las tetraciclinas
desarrollen infecciones secundarias por hongos (micosis); esto ocurre
porque las tetraciclinas destruyen las bacterias que mantenían
a raya a los hongos, pudiendo éstos crecer ahora sin obstáculo
alguno.
Si con la administración de probióticos
conseguimos mantener una flora intestinal en equilibrio evitaremos
problemas tan frecuentes en las aves de jaula como son las diarreas.
Pero ¿cual es el probiótico ideal?, Las características
que debe reunir son las siguientes:
- Que aporte unos microorganismos idénticos a la flora
intestinal normal de esa especie en concreto. Esto resulta prácticamente
imposible, ya que un canario no tiene la misma flora digestiva
que un jilguero, un camachuelo o un periquito. Incluso un canario
silvestre tiene diferentes microorganismos que un canario nacido
en cautividad. A pesar de esto la flora digestiva aportada por
los probióticos comercializados resulta útil.
- Otra característica importante es que no resulte dañino
ni productor de sustancias tóxicas.
- Los microorganismos que los componen deben de adherirse
fácilmente a la pared intestinal y crecer rápidamente.
¿Cómo actúan los Probióticos?
La flora digestiva aportada beneficia a las aves de diferentes formas:
- Produciendo ácido láctico- los lactobacilos son
bacterias que pueden transformar la lactosa en ácido láctico,
consiguiéndose así tal acidez en el tubo digestivo
que se le hace la vida imposible a ciertas bacterias dañinas.
- Elaborando vitaminas, beneficiosas y necesarias para el ave.
- Produciendo sustancias (ejemplo: acidolinas) que atacan a las
bacterias perjudiciales.
- Fabricando enzimas que ayudan a la digestión.
- Por la simple presencia física: evitan que su lugar sea
ocupado por microorganismos no deseados.
¿Cuál es la composición de los Probióticos?
Son muchas las bacterias y levaduras que se pueden
usar de forma beneficiosa para mantener una flora digestiva sana
y en equilibrio. Los microorganismos más usados son los siguientes:
- Lactobacillus sp
- Sreptococcus faecium
- Bacillus subtilis
- Bacillus cereus
- Bacillus licheniformis
- Bacillus t
- Sacharomyces cerevisiae
Los lactobacilos son quizás los más
conocidos por los avicultores, por lo que haré más
hincapié en ellos. Se trata de bacterias que pueden transformar
la lactosa en ácido láctico. Este aumento de ácido
láctico hace disminuir el pH intestinal a unos niveles tan
bajos que se hace imposible la supervivencia de microorganismos
tan peligrosos corno E. coli Pseudomonas sp., Proteus sp., Salmonella
sp. y Stafilococus sp.
Los lactobacilos crecen rápidamente en el
intestino, siendo los más utilizados: Lactobacillus bulgaricus,
Lactobacillus bífidu y Lactobacillus acid Este último
es capaz de fabricar vitaminas del grupo B.
Son también productores de peróxido
de Hidrógeno, una sustancia que impide el crecimiento de
ciertas bacterias (anaerobias).
Las levaduras también forman parte de los
probióticos. Son utilizadas por su poder fermentativo (producen
ácido láctico) y por su riqueza en vitaminas del grupo
B y enzimas que ayudan al proceso de la digestión. Las más
usadas son Sacharornyc S cerevisiae y Sacharomyces fragilis.
En condiciones de normalidad toda la flora intestinal
permanece en un estado de equilibrio dinámico, es decir,
que aunque esté sometida a constantes cambios se reequilibra
finalmente, siempre y cuando no se den situaciones muy estresantes.
El estrés puede provocar cambios que llegan a persistir hasta
2 o 3 semanas después de haber finalizado la causa que los
produjo. Estudios realizados en gallinas mostraron que aquellos
ejemplares mantenidos a 23 grados Centígrados no experimentaron
cambios en la cantidad de lactobacilos presentes en su intestino.
Sin embargo, aquellas aves sometidas a temperaturas tan altas como
43 grados Centígrados manifestaban modificaciones en su flora
digestiva.
Durante estos años de clínica aviar
he usado y uso con bastante frecuencia probióticos en pacientes
que están recibiendo tratamientos antibióticos o que
padecen de problemas digestivos. Los probióticos no curan
por sí solos las enfermedades, pero ayudan a que las aves
se recuperen antes y, lo más importante, previenen muchos
trastornos intestinales. Su aplicación por el canaricultor
es sencilla, bien en la comida (pasta) o en el agua de bebida. Aconsejable
en momentos de estrés: muda, cría, viajes, enfermedad,
etc., especialmente en especies silvestres (ejemplo: jilgueros)
tan sensibles a cualquier cambio.
© Enrique
Moreno Ortega
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