Por Jesús
Robayna y Fernando Dolset
Mide unos 15 cm de longitud y pesa unos 15 gramos.
El canario que vive en Tenerife es distinto del que vive en las
Islas Madeira y las Azores, incluso su distinta fortaleza hace diferentes
a las poblaciones del Norte de las del Sur que están sometidas
a un clima más seco. En un libro de pájaros se indica
que ha sido importado a las islas Bermudas.
Debido a la desigual orografía de Tenerife es posible encontrarlos
prácticamente en todos los lugares como las plazas, los jardines,
las zonas de la costa, en el monte, en las plataneras, en los sembrados
de mangos y en los barrancos. Suelen ir en bandadas por sus lugares
predilectos como las palmeras donde saben que no se les molesta.
Comen lo que les apetece siempre que sean semillas, en época
de siembra van a los campos sembrados pero no los destruyen y también
acuden a las "eras" antiguas zonas de trillo para aprovechar
los granos molidos. Sus plantas preferidas son la verdolaga, el
serajón "pica pájaros", la col, el quemoncillo,
la lechuga y el chichar "chicharo". Cuando los mirlos
y las currucas capirotadas "capirotes" se comen la fruta
dejan al descubierto las semillas, las cuales son aprovechadas por
los canarios que están pendientes de su trabajo. En las higueras
encuentran su manjar favorito los higos maduros que cuando se abren
dejan al descubierto sus semillitas En las zonas donde los ponen
a secar (higos pasados) suelen ser capturados mediante trampas especiales
"los falsetes".
El macho canta esencialmente para anunciar a otros canarios que
se halla en su territorio, aunque imita hasta cierto punto el canto
de otras aves canoras, la mayor parte de su canto se debe a un mecanismo
hereditario. Los almendros en flor son el indicativo de que tiene
lugar el apareamiento. Nidifican en la parte alta de árboles
o matorrales espesos. La hembra escoge el lugar apropiado y realiza
la mayor parte de la construcción del nido tardando unos
4 días. Tiene forma de copa, está hecho de restos
de hierbas secas y de trocitos de palos, en el fondo le ponen los
plumachos que cogen de una particular planta que da una espiga y
lo revisten de sus propias plumas. La puesta consta de 4 a 6 huevos,
en general son 3 y de color azul. Cuando la hembra ve a alguien
cerca de su nido o se siente descubierta salta fuera y va a otro
lugar para llamar la atención. Lo hace como mecanismo para
defender el nido de los intrusos llegando a abandonarlo si es tocado.
Los polluelos nacen ciegos y desnudos a los 14 días de incubación,
cubiertos tan sólo de un poco de plumón. Abren los
ojos a los 7 días de la eclosión; luego, comienzan
a crecerles las plumas, y al cabo de un mes se hallan completamente
plumados. Los polluelos abandonan el nido a las tres semanas y se
independizan por completo de sus padres a los 36 días después
de nacer.
Sus depredadores naturales son el cernícalo y la lechuza
pero los humanos somos más peligrosos porque los estamos
privando de sus espacios naturales y al utilizar herbicidas les
estamos quitando su medio de vida.
No es una especie que se preste a su cría en cautividad
porque tiene demasiado arraigada la costumbre de vivir en libertad.
Es muy importante darles mucho espacio y hay que crearles un ambiente
lo más parecido a su hábitat natural. La principal
dificultad en su cría es que las hembras no se prestan a
la puesta en cautiverio por ser demasiado nerviosas.
Historia de su domesticación
No se conoce la fecha exacta de la introducción del canario
en Europa. Al parecer ésta tuvo lugar en la península
italiana, frente a la isla de Elba. Allí se soltaron canarios,
y probablemente se hubieran naturalizado de no haber sido cazados
con tal intensidad, que terminaron por desaparecer. La fecha de
la introducción sólo puede calcularse por el hecho
de que Gestner, naturalista suizo, en el año 1585 mencionó
al canario como pájaro de jaula, y Aldrovandi, naturalista
italiano, publicó en 1610 una completa descripción
del canario; pero Belon, naturalista francés, no lo citó
en su libro publicado en 1555 y 1585.
El termino "pájaro canario" se utilizó
por primera vez en Inglaterra en 1576, aunque paradójicamente,
la primera referencia a las islas Canarias como tales, se hizo en
aquél país en 1592. La moda de criar canarios y conservarlos
en jaulas debió extenderse con rapidez, hasta devenir un
adorno corriente en las casas, como lo sugiere el hecho de que el
término "pájaro canario" en la jerga criminal
de Inglaterra en 1673 tenía el significado de presidiario.
George Gascoigne, un poeta inglés que murió en 1577,
canta en su Lamento de Filomena: "Pájaros canarios entran
para llevar la campana..." Y Francis Willoughby, célebre
naturalista inglés, que murió en 1672, indica en su
History of Birds, publicada en 1676, que los canarios eran corrientes
en Inglaterra.
Laurence Aldersey, comerciante de Londres, describió el
1581 su visita a Augusta, en Alemania, y menciona que fue invitado
"a la Cámara Legislativa, que es muy bella y suntuosa.
A continuación me mostraron el más hermoso jardín
que en mi vida he visto; había allí un lugar para
pájaros canarios tan grande como una amplia habitación,
cubierta con un encañizado tanto por encima como por debajo,
con pequeñas y graciosas ramillas de árboles para
que los pájaros canarios, de que se hallaba repleta, pudieran
posarse en ellas".
Esto parece señalar a Alemania como centro de la primera
cría de canarios, reflejada quizá en la estirpe de
las montañas del Hartz, y en los primeros trabajos realizados
en la vecina Austria adiestrando canarios en la imitación
del ruiseñor, apareciendo así el canario flauta. Bélgica
y Holanda también destacaron en la cría del canario.
El grupo de islas que hoy llamamos Canarias eran conocidas, en
tiempos de los romanos, con el nombre de islas Afortunadas (Fortunatae
Insulae) y una de ellas se llamaba Canaria (del latín canis,
hoy día Gran Canaria) a causa de los grandes perros que allí
se criaban. Más tarde este nombre se empleó para todo
el conjunto de las islas, que fueron conquistadas por España
a finales del siglo XV. Fue sin duda esta conquista final, después
de casi un siglo de expediciones militares infructuosas, lo que
permitió al canario silvestre encontrar el camino del continente,
a través de España. Si relacionamos la descripción
de Aldersey sobre la bien provista pajarera de Alemania con los
testimonios de otros autores, parece razonable suponer que una vez
iniciada la exportación de canarios, pronto llegó
a ser un "gran negocio". En el cuarto volumen de His Pilgrimes,
publicado en 1669, el reverendo S. Purchas, escribiendo sobre las
Azores donde los canarios también son autóctonos,
señala que en una de las islas "vivían a miles
los pájaros canarios, y muchos pajareros se dedicaban a cazarlos
y llevarlos a distintos lugares, con lo cual se ganaban la vida".
Todo lo cual es suficiente para indicar que la historia del canario
se parece mucho a la del periquito común, más moderna,
y de la cual podemos estar mucho más seguros. Se realiza
la primera exportación de canarios, su popularidad aumenta,
a continuación comienza a criarse con criterios de selección
y, en poco tiempo, se obtienen numerosas variedades de diversos
colores. Entonces, goza de gran aceptación, y la moda se
impone; la cría de canarios se convierte así en un
negocio sumamente rentable. Por fin, la especie termina siendo mejor
conocida en su forma doméstica que en la salvaje, de la cual
suele diferir notoriamente.
© Jesús Robayna y Fernando Dolset
Se admiten enmiendas o consejos sobre el serinus
canarius las cuales serán muy bien recibidas e incluidas
en este artículo.
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