Hola, como toda historia esta también tiene un comienzo. Esta comienza con alguien que hasta hace poquitos años no tenía ni la más remota idea de criar pajaritos. Ahora se algo, pero sigo aprendiendo.

Seguiré la historia en este punto y aparte. Verán, Juan Carlos Reyes me envió una imagen hace tiempo ya vía whatsaap. Era una imagen preciosa, sugestiva, tomada tras los cristales desde dentro hacia fuera. Dentro, el cuarto de cría. Fuera, la luz molestosa a veces del sol. Esa imagen sombreaba el cuarto, provocaba mágicas emociones, cautivaba, ambiente verdoso...

La imagen era de malla de invernadero, de sombreo, claro que esto lo descubrí después. Me gusto tanto, me pareció tan práctico que lo imité. Tuve que embaucar a mi madre en la historia de corte y confección. Domino yo muchas artes. La de hilvanar costuras, la de máquinas de coser que corren como bólidos en autovías no es una de ellas.
Bien, mi madre me acabo las cortinas, las instalé, el resultado fantástico, que ambiente mas cálido, como naturaleza verde, los pájaros más lentos, pausados, armónicos.

Claro que…uno cuenta las cosas, resulta que mi gran amigo el Sr Adolfo Benítez también cayó rendido ante el efecto de las cortinas de malla de sombreado, y he aquí que mi madre nuevamente tijera en mano, aguja para hilvanar, máquina más tarde, le está haciendo unas cortinas al Sr Adolfo. Son las de la imagen.

Quiero mostrarlo porque me parece un truco y un consejo fantástico. Creamos sombra, pero el sol sigue encendiendo con sus rayos el cuarto de cría de esa luz natural aun importante para los jóvenes compositores…


Moraleja: Si, hay moraleja. Lo verdaderamente importante es compartir, hilvanar amigos….Un placer Sr Adolfo….


Gracias madre.



Empezando el trabajo, midiendo, Yo de ayudante. La jefa mi madre.

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Saludos cordiales, gracias