Jaulas, alpiste, un sin fin de cacharros, todos acomodados en estanterías, muchas, tal vez, dentro de mi criadero, ahora orquesta. Al frente, yo, aprendiz, sí, soy aprendiz, cuánto llevo en esto, tres años, ya me cansa decirlo.
Llegó el verano, "requeterrecalentando", que no quiere decir que queme dos veces, ni mucho menos. Ahora estamos en un momento en el que la gran mayoría está deseando que llegue el otoño. Que deje de hacer calor, estamos sedientos, las jaulitas vacías. Que por fin haga "pelete". Que un adolescente otoño se haga notar, pubertad, lluvia. Otoño, primera fortaleza invernal, apatía por dejar atrás el descanso estival. Otoño, curioso, si lo miramos desde otra perspectiva, observamos meses y meses de duro trabajo, tanto acumulado. Otoño, lo acabaremos encerrando en una "minijaula", nuestro sueños en una jaula de canto, queda tan poco, ahí, detrás de la esquina, nos espera la canción.
Las fechas que llegarán son para nosotros, noveles criadores, yo, emoción e ilusión. Que nadie encierre al artista, necesita aun de espacio para expresar. Reflexionemos en el trabajo realizado, lo bien o mal que se ha dado el año, empecemos a planificar el próximo. No solo es importante trabajar y hacerlo aceptablemente, sino que también es conveniente invertir tiempo en compartir con amigos y conocidos, cambiar impresiones, experiencias, enriquecer amistades, atesorar y lucrarse de los grandes maestros, consiguiendo hacer nuestro libro de literatura técnica de canaricultura de canto más completo. Hay que darse a conocer y que se conozca que hacemos, para ello, de obligación, las buenas maneras comunitarias. Utilizaremos los foros, reuniones asociativas, revistas relacionadas. Somos seres sociales, demostrémoslo. A recordar que no todo vale con tal de acercar a más gente lo que guisamos en el criadero. Si de algo tiene que rebosar un criadero es de respeto y tolerancia.
Siempre he creído que con darme a conocer no trato de demostrar a nadie de que soy el mejor. Es justo lo contrario, trato de acercar a la gente, toda, mi trabajo, mi forma de hacer las cosas, si, lo podemos llamar mercadeo, trueque también, (me gusta más). Mi esfuerzo, mi forma de relacionarme, de trabajar, debe y tiene que hablar por mí, es mi currículo, mi carta de presentación, yo. Los receptores, ustedes, son libres de ser mis amigos, conocidos, compañeros, amistades, familia toda, siempre me muestro como soy. Yo no vendo humo, ni motos sin frenos, ni cuentos, ni milongas. Por ello, repito, mis conocimientos sobre canarios de canto es de tres años, de "ventaneros y balconeros" es un rato mas. Mi criadero es la demostración de lo que cultivo: canto y amistad, es lo mejor que sé hacer. Si el canto de mis canarios se adecúa a lo que alguien siempre soñó, aquí estaré para resolver todas las incertidumbres, desconfianzas y perplejidades, pero nunca para convencer de algo que no se quiera.
Es por este argumento, que ya varios conocidos, amigos, compañeros, me han dicho más de una vez: eres criador, pero te vendes muy mal. Me dicen: "las buenas maneras son para quienes las merecen" (todos tenemos un Freddy Krouger, les digo). Tienen razón, me vendo muy mal, no necesito ser mercader, no tengo necesidad de nadie que me emplee. Yo tengo amigos, gracias, otra vez, gracias, los quiero a todos y todas, a uno por uno, a una por una. Todos merecen ser protagonistas. "Alguno", pobre, lástima, teme perder el papel de héroe. Dicen de estos que no nacen hechos, sino que se hacen.
Solo pretendo compartir mi trabajo, pasar el rato en familia, que vean lo que soy capaz de hacer y que sean ellos los que decidan, sin más. Siempre estoy a disposición, siempre pendiente, haciendo todo lo posible, llegado el caso, para que le quede claro cualquier aspecto que desarrollo en mi criadero. Que entiendan asimismo que soy un enamorado de lo que hago. Quizás, demasiado visceral, pasional. También un enamorado de mis amigos. Cuando el trabajo lo sustenta el amor, el entusiasmo, el frenesí, las cosas casi siempre salen bien. Sí, siempre me he enamorado de lo que hago. Soy así, disfruto, me encanta criar canarios de canto, me encanta que me sorprendan cada año con sus sorpresivas voces, partituras innatas, cual caramelo de niño goloso.
Soy así, me encanta criar, cultivar amigos, mi interés es 00. Mi imagen, mi nombre, yo, no se vende, no soy tendero. No siento todo lo perdido por no vender una moto sin frenos, ni cuentos, ni milongas, por no vender una mentirijilla, a veces, hay quien la crea necesaria.
Pese a que aún queda meses para imprimir definitivamente la partitura final de mis canarios, puedo decir sin ningún tipo de dudas, que un año más ha sido bueno, desmesurada la diferencia con respecto a años ya empaquetados y almacenados. He realizado nuevos trabajos, he aprendido en abundancia (tanto para bien como para mal) He realizado trabajos de criadero que jamás pensé sería capaz y aquí me tienen, el aprendiz de canaricultura de canto más seguro del mundo esperando ansioso por una canción. Dispuesto, programando el próximo año. Hacer las cosas bien da mucho trabajo, al final siempre descubrimos que la mejor publicidad es el boca a boca, amigos contentos que traen nuevos amigos, y así se sucede el día a día, caminado lento, ascensiones las justas, decayendo, nunca.
Qué espero de mis jaulas de canto, ahora y todavía vacías, están construyéndose más lentas que en el 2012, observo, creo, qué presuntuoso, que llegarán a ser igual de buenas o mejores. De no cumplirse mis objetivos, sueños e ilusiones de director de orquesta, siempre me quedaran años por destapar, sorpresas por descubrir, amigos con quien reír, también para llorar.
A todos-as mi gratitud, también abrazos.
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