Soy Carlos, txarlix en el foro. Soy de Sagunto y vivo en Llombai, Valencia.
Mi experiencia en este maravilloso mundo de los pajarillos ha sido encantadora siempre.
Os cuento... Espero no aburrir compartiéndola con vosotros.
De bien pequeño, en mi infancia, teníamos una pajarera llena de verderoles y caderneras (jilgueros), es lo que recuerdo, en la casa de veraneo. Al finalizar el verano, los liberábamos todos y al siguiente verano la volvíamos a llenar. Me lo pasaba en grande observándolos. Un par de años me llevé algún jilguero al piso, porque me encantaba como cantaban.
Un tio mio, nos contaba una historia de un pajarillo, no recuerdo de que especie, que se llamaba Trino, lo cogió moribundo, mojado y tiritando de frío. Consiguió salvarle. Un día le abrió la jaula para devolverlo a la libertad, pero él volvía al balcón. Le dejaba la puerta abierta de la jaula para que entrara cuando quisiera. Siempre volvía, siempre, hasta que una tarde ya no regresó y nunca más se supo...
Luego llegó a nuestra terraza una cotorra que al poco tiempo murió, y le cantábamos la canción de "Amiga cotorra, cuando llegues al cielo..." (Una adaptación de la conocida de "Amigo Felix...")
He tenido familiares que se han dedicado a la cría de canarios y otras especies. Mi mujer, cuando éramos novios, tuvo un periquito que le enseñaron a hablar. Yo no me lo podía ni creer, hasta que lo escuché en vivo y en directo. Se lo había regalado su tío, que le había criado una pareja que tenía. Este fue mi primer contacto con la cría de pajarillos.
Ya casados, aquí en Llombai, un amigo nos regaló un Mixto que cantaba que era una maravilla. Le llamamos Ruspi. Qué maravilla de pájaro. Murió de viejete ya. Lo hizo en las manos de mi hija mayor. Yo lo vi en las últimas y lo metí en casa para ver que le pasaba y darle algo de comer con una jeringuilla. Lo cogió muy suavemente con las dos manos y expiró a los pocos minutos. Al día siguiente nos regalaron un Timbrado para consolarle. Le pusimos Pitxí. Y con su canto nos encantaba. Más tarde un primo mío le regaló una pajarilla mec-mec blanquita que tenía en su pajarera, le gustó tanto a mi niña que se la regaló; le pusimos de nombre Blanquita. Les compré una jaula para tenerlos juntos, pero separados por un separador para que Pitxí no dejara de cantar. Resultó ser una jaula de cría pero no la usé como tal. Al poco tiempo apareció Blanquita muerta. Y menudo disgusto se llevó mi hija, tanto que los Reyes Magos le trajeron otro pajarillo. Ella pidió otra igual que Blanquita, pero le trajeron un canario blanco dominante (heterocigoto). Ella enseguida se dio cuenta que era distinto, pero como se lo habían traído los Reyes pues no protestó. Le pusimos Melchor, por ser blanco y tener el plumaje como la barba del Rey Mago que se lo había traído. Y hay que ver cómo canta Melchor, es impresionante.
Yo quería que mis hijas tuvieran la experiencia de criar pajarillos. Ya teníamos la jaula de cría y dos machos. Un timbrado y uno de color blanco dominante. Ahora sólo faltaba la hembra. Yo quería comprar una hembra de timbrado para empezar esta temporada de cría, pero cambié de planes porque Pitxí murió antes de adquirir la hembra. Ya lo teníamos unos cuantos años.
Este mes de noviembre para el 9º cumpleaños de mi hija le regalé una canaria. Fuimos a comprarla juntos mis dos hijas y yo; como no tenían blancas disponibles elegimos una amarilla clara, con algunas plumas blancas en la cola y en las alas. Consideré que era buena pareja para empezar y que vieran las maravillas de la cría y la genética. Aunque lo que realmente me hubiera gustado es criar timbrados, pero bueno, empezaremos con canarios de color.
Ahora estamos esperando que hoy o mañana salgan los primeros pichoncillos. Ya veremos como queda la cosa, y si no, pues aún queda toda la temporada por delante.
Gracias por vuestros consejos. Os he estado leyendo en el anonimato, hasta que me he decidido a registrarme y compartir mis experiencias con vosotros. Seguramente, la próxima temporada empiece con timbrado si la experiencia es positiva.
Hasta luego.