Pues sí, Sr. Déniz, tiene usted toda la razón, en esto le doy absolutamente toda la razón. Pero mi experiencia personal, muy mía (que redundante), primero de incredulidad, luego de asombro, ira y al final de perplejidad cuando a estas personas en vez de ser expulsadas se les abre puertas desde otras casas acogiéndolos con un abrazo, con mucho entusiasmo y saliendo en "toas" las fotos. Es una lástima, pero así es.
Saludos cordiales.