Ante todo creo que la canaricultura no es un arte sino la vida misma. Todo lo más, una actitud ante la vida que consiste en vivirla desde una configuración plena. Empiezo a criar hacia los catorce años y no me ha dejado la afición. Creo que ya nacemos así e intentamos que se desarrolle en los demás, yo lo heredé de mi abuelo. Desde pequeños, como dice un buen amigo, intentamos meter la música en una jaula.

Ser músico ha influido en lo que como canaricultor ha conseguido? No he conseguido nada. No ha habido influencia, ha sido casi un inconveniente. Pues la formación musical puede dificultar la creación de la composición. De hecho, reconozco, que me sucedió durante una época. Es decir, puede alborotar/intoxicar la consecución de la canción y que esta nazca ya apagada, sin color.

Por lo tanto, cuando programo la cría, tengo que distanciarme lo suficiente de esa "digamos normativa" para crear y proyectar canto. Abreviando, el músico se queda en una esquina del aviario cuando gestiono el libro de cría y el genetista sale y se pone a la par con la pretensión de organizar los cruces anuales.

Es posible la canaricultura de canto sin la discontinuidad? Por supuesto que no. De hecho yo creo que no hay canaricultura posible sin la discontinuidad. Tomar consciencia de ello, de la creación musical infinita, de los desafíos anuales. Establece en el canaricultor que el repertorio se revolucione y desde ahí cambie el interés y los objetivos de este. Basados en un sistema tradicional, que en gran parte se nos ha inculcado a todos, la originalidad de la canción, lo que llamamos canción innata.

La discontinuidad debe sentirse como una sacudida en el mismo epicentro de cada criadero. Todos debemos criar lo que verdaderamente nos gusta. Construirnos una partitura de la que nos sintamos orgullosos autores. Sin temores, es decir, como he dicho, lo que nos gusta, hay que ser valientes. Para llegar hasta aquí tendremos previamente que haber visto mucho. Si, también hay que ver. Por supuesto, también oír.

Hay que integrarse en pequeños grupos de trabajo organizados en lo que los canaricultores participen activamente. Comparto y entiendo que la música es muy personal, pero necesitamos apoyos para su construcción. Sumarnos a las aventuras y riesgos personales, que la genética da para mucho, ser parte de la ebullición de discontinuidad. El recital de la discontinuidad pertenece al colectivo de criadores, protagonistas de dicha música, personas que escuchan lo que crean y las creaciones de los demás.

Que ofrece un criador a una Federación? Risas, más risas. Tal como van las cosas con los métodos políticos, el canaricultor no sirve para nada. Lo conveniente y lo inconveniente no es una escala de valores de la canaricultura. Dar seguridad y apoyos no es fructífero, existe mucha desconfianza. Tampoco lo es hacer que los asociados sientan o juzguen, mucho menos que se solidaricen. Desde luego, la creación musical debería estar considerada uno de los más altos valores dentro de la federación. Pero siempre los criadores han de quedarse en una evolución personal, vigilantes, y tomar partido contra cualquier tipo de intento de avasallamiento, pero sin renunciar al hecho creativo. Pero hablemos de canarios, que estos son parte de mi vida con su vuelos y desde la creación de su música que tiene vida propia, está viva. Por lo tanto nos transmite conocimientos que no exactitudes. La partitura no se transmite, sino que se siente, no como algo abstracto, como sensaciones y estas son las que crean reflexiones y de estas, nuevos propósitos e intenciones que son las que ayudan a los criadores. Después de años de criar el deseo de escuchar sigue vivo desde la necesaria proximidad.

La canaricultura no es solo un instrumento, no es jaula. Tampoco es la sutileza con la que intentan introducirse en nuestros criaderos desde la política federativa con sus verdades establecidas, que a fin de cuentas son sus verdades y no las nuestras. La partitura no miente, nunca intenta establecer la verdad y la que lo intente acabará siendo sólo eso, una jaula, muerta.

Cordiales saludos. Gracias!